La loca llamada Soledad...
TOC TOC …. Tocando la puerta mientras, giro la llave, hago el ruido y toco nuevamente, TOC TOC, no sé porque… si en mi mente sé que no hay nadie adentro, tal vez es un efecto inconsciente del temor de entrar y saber que estoy solo, tal vez estoy espantando los fantasmas de mi mente, o tal vez mi subconsciente está esperando que alguien me responda.
Esta es la sensación que viví por mucho tiempo al estar en Australia completamente solo. No todos tenemos la fortuna de tener un amigo o un familiar que nos reciba en este país cuando queremos migrar. Quizás muchos tienen al amigo del conocido del primo del vecino del portero del edificio que está viviendo en Australia y que nos da la mano al momento de llegar, pero los que hemos pasado por esto sabemos que esta ayuda es temporal, y al poco tiempo tenemos nuestro espacio, rentamos nuestra habitación y empezamos a vivir una vida muy diferente a la que vivimos en nuestra tierra.
El efecto soledad no es sólo fenómeno de Australia, es algo que le pasa a mucho locales y a gente en toda parte del mundo, solo que cuando uno toma la decisión de migrar, tiene una alta probabilidad de encontrarse con este efecto. Y es aquí donde sale a flote una parte interna de cada uno. Porque en nuestra vida pasada estábamos rodeados de personas porque eran parte natural de nuestra vida.
Cuando llego a mi casa, estando solo, después de un arduo día de trabajo, empiezo a experimentar sensaciones raras, eso que nunca había vivido por el hecho de estar solo. Hablo más conmigo mismo, e incluso con mis padres, amigos, conocidos, incluso resulta uno llamando a personas con las que poco hablabas por el simple hecho de tener con quien conversar y ahuyentar esa loca que se llama SOLEDAD, esa loca que se volvió mi compañera matutina, esa loca que no se despega de tu mente, esa loca que se vuelve parte de ti.
Estar solo no es lo que le pasa a todos los migrantes, pero a un gran número si nos ha pasado, porque no todos tenemos una personalidad explosiva o dominamos el inglés, el hecho de no dominar la lengua nos va aislando poco a poco, no vamos a lugares públicos o nos abstenemos de hacer muchas cosas que normalmente haríamos si nos pudiéramos comunicar. Incluso, algunas personas pueden acercarse para hablar, pero la limitación del idioma nos hace quedar callados y no seguir la conversación, por el simple hecho de sentirnos impotentes.
Esa impotencia de saber que éramos en nuestro pasado y acá la limitación de poder hablar nos cierra puertas, aunque esto no le pasa a todo mundo, sé que somos muchos los que sufrimos de eso por la limitación del lenguaje. Muchas veces, recordamos y añorábamos lo que éramos en el pasado, en algunos casos profesionales, con carreras, puestos de trabajo y actividades donde teníamos el dominio y el control, pero acá…. Pasamos a sentirnos menos por esta gran limitación.
Muchas veces he llorado, he tenido ganas de regresar, he pensado que no pude con este país, pero es en este momento donde tengo que hacer el ejercicio de recordar cual fue la razón y el motivo para migrar, para venirme para Australia, cual fue esa o esas razones que me motivaron a vivir este sueño. Y para mi este ha sido la mejor solución, porque, aunque no sea fácil todos los días se aprende algo nuevo, y poco a poco te vas adaptando al sistema, a la nueva cultura, a un nuevo país.
Muchos han llegado con su pareja, y esto es fenomenal, pero a pesar de estar juntos, se extraña y se añora la familia, los amigos, y creo que todos hemos experimentado esa sensación de soledad en algún momento. Es aquí en donde te puedo decir, que, si tomaste la decisión de venir con tu pareja, entiéndela, porque, así como tú, también sufre por sus cosas personales, y es la mejor oportunidad para construir ese futuro que juntos soñaron al momento de venir.
Por otro lado, valora a todos y cada una de las personas que te rodean, todos estamos en una constante lucha del día a día. Yo vine aquí buscando una vida mejor, pero nunca imaginé que la soledad fuera a ser tan abrumadora. Extraño todo lo que dejé atrás: mi familia, mis amigos, mi cultura, mis tradiciones.
Al principio, traté de mantenerme ocupado buscando trabajo, aprendiendo el idioma y explorando la ciudad. Pero después de un tiempo, me di cuenta de que necesitaba algo más. Necesitaba gente con quien hablar, reír y compartir mis experiencias. Pero no quería rendirme. Decidí que tenía que encontrar una manera de conectarme con la gente y crear una nueva familia aquí. Así que comencé a asistir a eventos de networking. Esto ciertamente me sirvió para mejorar mi estado anímico.
Valora tu pareja, sueña en grande, trabaja todos los días por construir el futuro deseado, recuerda que este es un país donde los sueños se pueden hacer realidad, este es un lugar donde se debe trabajar mucho más duro, se debe hacer un gran esfuerzo, pero al final, si eres constante, podrás alcanzar todo, realmente todo lo que deseas.
Así que si alguna vez te encuentras en una situación similar, recuerda que siempre hay una manera de encontrar la felicidad y la conexión en un lugar nuevo.
¡No te rindas y sigue luchando por tus sueños!
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